Me he sentido fascinado por la fotografía desde que a los 14 años de edad,
vi por primera vez, en el cuarto oscuro del padre de un amigo -era casi más un armario oscuro, por lo reducido-,
la imagen que aparecía en un papel blanco, expuesto primero a la luz y sumergido después en líquidos de fuerte olor.
De la nada, poco a poco, iba a formándose una imagen, gracias a una química misteriosa... casi mágica.
No he dejado de sentir todavía aquella fascinación aunque ahora el proceso ha cambiado, las bandejas con los químicos,
la ampliadora, han sido sustituídos por procesadores y pantallas, los archivadores de negativos por discos duros de capacidades ingentes...
Pero la imagen, desde el punto en que se considere, sigue siendo mi pasión.
Esta pasión y mi compromiso hacen que me pueda convertir en el amigo experto en el que confías
y al que solicitas ayuda, porque me vinculo personalmente con tu ilusión y con tu propósito; te aporto mis ideas respetando las tuyas y te ofrezco
una solución adaptada a tus requerimientos.
Para mi tu satisfacción no es una opción; es el objetivo indispensable que exijo
en el resultado y estará siempre presente en cuanto realice para ti.